El delfín de El tinglado
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Agnodice

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Un suceso curioso, que refiere Higino, muestra, no sólo la posibilidad, mas aun la facilidad de tomar esta providencia. Había en Atenas una ley, que prohibía a las mujeres todo ejercicio de la Medicina; de modo, que aun el uso del Arte Obstetricio les era vedado, lo que ocasionaba el gravísimo inconveniente de que muchas mujeres, demasiadamente sensibles al rubor de ser auxiliadas por los hombres en las angustias del puerperio, en ellas perdían miserablemente su vida, y la del feto. En esta constitución de cosas, una doncella llamada Agnodice, ya por condolida de esta calamidad de su sexo, ya por sentir en sí una vehemente inclinación a la Ciencia Médica, resolvió violar la ley; para cuyo efecto, vistiéndose de hombre, fue a ponerse en la Escuela de un Médico, llamado Hierófilo, de quien no era conocida. En efecto se instruyó muy bien en la Medicina; y con especialidad en el Arte de Obstetricar; lo cual logrado, se puso a ejercer su habilidad en Atenas, siempre disfrazada con el hábito de hombre, asistiendo a las mujeres, no sólo en los partos, mas en cualquiera dolencias, aunque declarándoles en secreto su sexo, por apartar el estorbo de su pudor. Los Médicos, a quienes Agnodice con la curación de las mujeres quitaba una considerable parte de sus ganancias, se conjuraron contra ella; y como estaban en la persuasión de que era hombre, la acusaron en el Areópago de ilícitas intimidades con el otro sexo; añadiendo, que muchas mujeres se quejaban de dolencias, que no padecían buscando este pretexto para lograr su torpe comercio, con el lampiño Mediquito. Compareció Agnodice en el Areópago, exhibiendo ante aquellos Jueces pruebas evidentes de su sexo. Derribada esta batería, en su ruina fundaron los Médicos otra, alegando contra Agnodice la ley, que prohibe a las mujeres el uso de la Medicina. Pero sabedoras del caso las Damas Atenienses, intervinieron en la causa, e hicieron tanto, que lograron se abrogase aquella ley; con que quedó triunfante Agnodice, y se declaró a las mujeres el derecho de ejercer el Arte, que ella ejercía.

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Por Leonor Quintana en Lengua-Literatura el 01.06.06 con 5 comentarios Bookmark and Share
Palabras clave comprensión auditiva, comprensión lectora, agnodice, medicina, mujeres

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