Los cuatro llegaron al desierto donde se encontraron con camello. –Eres el mejor transporte para el desierto-, le dijo Pedro a camello, -¿nos ayudarías a cruzarlo y te unirías a la búsqueda del tesoro?-. Camello aceptó. Pedro, león y oveja montaron a camello y partieron contentos a cruzar el vasto desierto con águila disfrutando del espectáculo desde arriba. Camello comenzó a galopar y todos le animaban alegremente. Atravesar el desierto a lomos de un camello era muy emocionante.