Recitar 1

La poesía, en sus orígenes, fue oral. Y se transmitía oralmente, principalmente a través de la canción.

El poema no está terminado hasta que alguien no lo recita y da vida a los efectos sonoros que el poema escrito contiene.

Pero no es fácil recitar, es decir, trasmitir con la voz el sentido e intención de las palabras y los diferentes matices del sentimiento.

Para recitar bien hay que entender el poema que se recita. Y, además, hay que regular la entonación, el ritmo, las pausas…

En las siguientes actividades encontrarás recursos para entender mejor los poemas y para recitarlos mejor.

1. Recitar es algo más que leer en voz alta

Para empezar, hay que intentar seguir estas tres normas:

Estas normas se han intentado tener en cuenta en la recitación de este conocido Romance del prisionero:

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor,
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,
que ni sé cuándo es de día,
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.







Actividad 1.1

Recita este poema teniendo en cuenta las tres reglas que se han enumerado arriba:

ADOLESCENCIA
En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.

?El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.?

Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.

?Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.?

No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.

Juan Ramón Jiménez

Este enlace te lleva a una web donde se puede escuchar este poema recitado por su autor.

2. Los encabalgamientos dificultan la recitación

Cada verso es una unidad de entonación. Al recitar, esta unidad hay que marcarla mediante la pausa al final del verso.

Pero es difícil hacer la pausa en versos como éstos:

Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.

¿Dónde está la dificultad? En que “de aquel día” es la prolongación de un grupo de palabras que empieza en el verso anterior, y dentro de este grupo no puede haber una pausa. A este fenómeno es al que se llama encabalgamiento: el final de verso divide un grupo de palabras que so admite pausa en su interior.

¿Qué hacer en estos casos? Pues no hacer la pausa de final de verso, pero retrasar un poco la pronunciación de la primera palabra del verso siguiente.


Actividad 2.1

Lee y escucha el siguiente poema e identifica los encabalgamientos, así como las dificultades para mantener en este caso la pausa al final del verso.

SUEÑO
Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.

Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso. ...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris!
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.

Antonio Machado






Actividad 2.2

Identifica el encabalgamiento en el siguiente poema y trata de recitarlo siguiendo las recomendaciones que se han dado arriba.

PAISAJE
La tarde equivocada
se vistió de frío.
Detrás de los cristales
turbios, todos los niños,
ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo.

La tarde está tendida
a lo largo del río.
Y un rubor de manzana
tiembla en los tejadillos.

Federico García Lorca

Texto de Felipe Zayas - un.pu.bl

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